lunes, 5 de noviembre de 2012

Busca las diferencias


¡Hola Blurggg! Me llamo Paula y soy un ser humano. Una de las principales características que tenemos los humanos es la afectividad. Como tú bien has dicho hay un montón de seres vivos afectivos, pero nosotros generamos sentimientos y emociones a través de la afectividad. En cuanto a las emociones podemos decir que son espontáneas, sin mucha duración y de difícil control. Claros ejemplos son la risa, desmayarse, que se te pongan los pelos de punta, etc. Pero si hablamos de los sentimientos son de larga duración, son fáciles de disimular y controlar, como por ejemplo: el amor, la culpa, el deseo...


Pero si comparamos estos dos conceptos las emociones son la expresión de los sentimientos y se apoderan de nosotros, en cambio los sentimientos tenemos conciencia de ellos. Todo esto da lugar a la base de nuestra personalidad y a una inteligencia emocional.
Antes de hablar de la inteligencia emocional te explicaré lo que es la razón. 

A través de la razón podemos conocer la realidad y hace posible que expresemos nuestros conocimientos mediante el lenguaje. Cuando pensamos estamos haciendo uso del lenguaje
pero en nuestra mente y cuando hablamos o escribimos lo compartimos con los demás. 
Pero para usar la razón necesitaremos otras capacidades como:
  • Los sentidos: son los canales mediante los cuales recibimos la información y la ordenamos.
  • La memoria: por la cual podemos recordar lo vivido.
  • La imaginación: nos permite hacer una representación mental de las situaciones o cosas que no son reales.
  •  La voluntad: capacidad de aceptar o rechazar.


Volviendo a la inteligencia emocional, se dice que es superior a la racional y se define como la inteligencia que nos permite reconocer nuestros sentimientos y manejarlos adecuándolos a las relaciones que mantenemos con la gente. 
Conozcamos las habilidades de la inteligencia emocional: 
  •      Autoconciencia: saber lo que se siente en cada momento y tomar decisiones teniendo en cuenta nuestras capacidades.
  •      Autorregulación: manejar las emociones.
  •      Motivación: perseguir los objetivos siendo eficaces.
  •      Empatía: ponerse en el lugar de los demás y crear relaciones con las personas.
  •   Habilidades sociales: interpretar las situaciones e interactuar adecuadamente.
      Igual que nosotros nos reconocemos como personas, tenemos que reconocer a los demás. Por todo esto nos damos cuenta que entramos en la intersubjetividad. Ya que tenemos en cuenta la opinión del resto de humanos y por esto vamos formando un mundo compartido, y nos permitirá orientar nuestra vida.